¿Existen marcadores de predicción de la aparición de la psicosis en niños y adolescentes?

Un equipo del Institut de Recerca Sant Joan de Déu, liderado por la Dra. Montserrat Dolz inicia un estudio para determinar nuevos biomarcadores de predicción de la transición a psicosis en niños y adolescentes con riesgo de psicosis.

Los trastornos psicóticos son enfermedades graves y crónicas con fuerte impacto en el entorno de las personas que las padecen y su calidad de vida. Actualmente, los trastornos psicóticos, entre ellos la esquizofrenia, se encuentran entre las principales causas de discapacidades del mundo; además de tener un fuerte impacto en los sistemas de salud. Se estima que 3 de cada 100 adultos jóvenes experimentarán un episodio psicótico a lo largo de su vida.

Los trastornos psicóticos suelen debutar al final de la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta, entre los 13 y los 30 años. Y tienen un fuerte impacto en los niños, las familias y su entorno.

 "Por este motivo es muy importante poder detectar e identificar precozmente a estos niños y adolescentes con mayor riesgo de sufrir un trastorno psicótico. Con el objetivo de poder iniciar un abordaje terapéutico precoz para minimizar el impacto de los trastornos en la calidad de vida". Comenta Jordina Tor, doctora en psicología y coordinadora del proyecto de investigación de riesgo de psicosis.

Un estudio para detectar nuevos biomarcadores por la psicosis

"En nuestro estudio analizaremos tres grupos de niños y adolescentes, un primer grupo con síndrome de riesgo de psicosis, un segundo grupo que hayan sufrido estrés intrauterino y un tercer grupo control. Con el objetivo de identificar si determinados biomarcadores (como el volumen de la sustancia gris del cerebro, la conectividad o el rendimiento neuropiscológico basal), presentan diferencias entre los grupos de riesgo y el grupo control y nos pueden ayudar a mejorar la predicción del debut de los trastornos psicóticos y completar los criterios clínicos que se utilizan actualmente." Comenta la Dra Tor.

Los trastornos psicóticos son trastornos multifactoriales, es decir, su aparición se debe a diferentes factores. Algunos de estos factores son biológicos como la predisposición genética, otros ambientales y de estilo de vida, como el estrés. Pero su conocimiento es todavía muy limitado y se necesitan más estudios para entender qué diferencias existen en aquellas personas con una mayor predisposición a manifestar el trastorno.

El estudio sobre biomarcadores se realizará conjuntamente entre un equipo de profesionales del Hospital Sant Joan de Déuu Barcelona ·  Institut de Recerca Sant Joan de Déu y el Hospital Clínic de Barcelona; y tiene como objetivo identificar marcadores que permitan aumentar el poder predictivo de las herramientas clínicas que se utilizan actualmente. Y así, ayudar a mejorar la detección de aquellos niños y adolescentes con mayor riesgo de desarrollar un trastorno psicótico.

La importancia de la participación de niños sin trastornos mentales

En la gran mayoría de estudios, proyectos de investigación, ensayos clínicos, etc. es necesaria la presencia de un grupo control. Este grupo control puede ser personas que no se les aplica el tratamiento estudiado, sin antecedentes familiares de la enfermedad que se estudia, o en este caso sin diagnóstico en trastornos mentales.

El grupo control es una parte crucial en la investigación, ya que permite conocer la factibilidad de lo que se está estudiando y de esta forma poder realizar un procedimiento validado por la institución donde se realiza. Además, permite comparar los resultados que se van obteniendo a lo largo de todo el estudio.

Si quieres participar voluntariamente en este estudio buscamos a niños y adolescentes de entre 10 y 17 años que no cuenten con ningún diagnóstico previo de salud mental y tampoco con familiares cercanos que tenga un diagnóstico en esquizofrenia. Más información.

Otra información de interés

Monográfico sobre psicosis en la web de SOM360

Es muy importante poder detectar e identificar precozmente a estos niños y adolescentes para poder iniciar un abordaje terapéutico precoz y minimizar el impacto en la calidad de vida.

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